Coatzacoalcos, Ver. Imagen del Golfo
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PLANETA 21
Editor Lic. Javier Pulido Biosca email: [email protected]
Diseño Lic.Erika Zamora Juárez
- La educación debiera ser crítica, comprometida políticamente, además de ser de alto nivel técnico.
Es un orgullo para Coatzacoalcos tener libros de filosofía producidos por autores de la región. Este es el caso de “Educación en vilo”, nuevo texto de Samuel Pérez García, filósofo de profesión, que se ha dedicado, desde hace tiempo, a los temas de filosofía de la educación.
El libro se subtitula “reflexión sobre la educación y la tarea de enseñar”. Y eso es, una cuidada reflexión sobre la actividad del maestro. Desde un comienzo plantea la disyuntiva de dos líneas a donde apunta la educación en nuestros días:Puede dirigirse al sometimiento, a enseñar disciplina, memorizar, copiar apuntes y libros, repetir tal cual las indicaciones del maestro, a quien se dota de una autoridad por encima de las cosas. Esta educación poco reflexiva se observa en una gran cantidad de aulas y de instituciones educativas y es masiva, impersonal y prepara adultos sumisos e incapaces de defender sus propios puntos de vista. O puede ser la educación una actividad liberadora, basada en la razón y en crear las condiciones que permitan crear una sociedad distinta de la actual, que permita tanto al alumno como al maestro replantearse los fines de la actividad educativa.
Algo de los clásicos
Samuel Pérez hace un breve recuento, desde su punto de vista, de las teorías educativas que surgen desde la aparición de la filosofía. Establece algunas líneas de proximidad, y de diferencia entre filosofía y ciencia, tema que de por sí da para la elaboración de varias y muy especializadas actividades de investigación.
Toca el tema de Tales de Mileto, con quien surge la filosofía y, al par, surge la física matemática. El lector no avezado en esta temática puede sentirse cómodo en estos pasajes, que son breves y libres de toda dificultad.
Lo mismo sucede con el apartado en que el autor toca los puntos de vista sobre la educación en Sócrates, Marx y Gramsci. Lo intrincado que resulta para el lego el concepto de vocación y de frónesis, es superado con la concepción de “dar a luz a las ideas”. Detenerse en estos conceptos socráticos podría ser árido para el estudiante, lo que parece comprender con claridad el autor, sin menoscabo de la disciplina filosófica que se percibe, incluso, en la manera de construir las referencias a pie de página que, sin ser abrumadoras, son precisas.
La crítica que hace Marx de los sistemas educativos es tomada por su centro, al citar a las Tesis sobre Feuerbach y subrayar que “la filosofía ha interpretado la realidad, pero de lo que se trata es de transformarlo”. En esa línea toma a Gramsci, sin presentar el lado problemático de la educación como lucha de clases, cosa atinada en una época en que hablar de lucha de clases es romper la corrección política, sin que se llegue a mayores resultados.
En esto debe destacarse la insistencia en que el maestro debe tener una lectura cuidadosa de la obra de Paolo Freyre, el gran teórico de la educación liberadora, tema en que el autor abundó en otro libro preparado con anterioridad.
Algo de los contemporáneos
También es de notarse la manera como presenta el autor el punto de vista de Jean Francois Lyotard, el filósofo postmodernista francés, quien sigue los avances de la semántica y la lingüística del siglo XX y ve al conocimiento como un tipo de discurso, entrando en algunos de los problemas del lenguaje en que penetran los teóricos en el siglo XX.
En el tema pedagógico, muy ligado al epistemológico, la enseñanza debe superar el ser meramente narrativa y lograr desarrollar una praxis a través de la investigación activa. En esta dirección es que Samuel Pérez hace referencia a otro teórico, Marshall McLuhan, que también está ligado a las cuestiones lingüísticas, aunque con primacía del estudio de los medios de comunicación.
La conocida frase “el medio es el mensaje” permite el ingreso de una nueva concepción del conocimiento con preeminencia a otras capacidades mentales distintas de la conceptualización que privilegia, según estos teóricos, al hemisferio izquierdo del cerebro, al que le atribuyen poderes conceptualizadores que están diversificándose en particular con el auge de los sistemas derivados de la informática y los lenguajes binarios.
Estos temas requieren de espacios mucho más amplios para la discusión, por lo que el autor se ciñe a presentar estas teorías y a, finalmente, dejar ver cómo en México, con todas estas teorías y la necesidad de abordar el problema del conocimiento y la enseñanza, todavía se busca seguir dentro de la ruta trazada por la educación positivista que dirige el saber a prever y esta previsión a la acción práctica.
Una indicación del autor es la recomendación de que todo educador debiera tener conocimientos de psicoanálisis, lo que repercutiría en mejor desempeño de su personalidad y mayor comprensión de las motivaciones de sus alumnos.
En esto queda abierta la discusión sobre la naturaleza del saber y su uso liberador, que puede ir en algunos casos más allá de la mera acción pragmática.
El libro de Samuel Pérez, “Educación en Vilo”, puede ser encontrado en la Universidad Pedagógica Nacional, plantel Coatzacoalcos, donde se desempeña como académico el autor.
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