G5 el motor del fraude fiel MARTES, 21 DE SEPTIEMBRE DE 2010 00:06 MUSSIO CÁRDENAS ARELLANO
G5 actuó como una estructura paralela al Partido Revolucionario Institucional; usó un contingente de servidores públicos tanto estatales como municipales para comprometer el voto de cientos de miles de veracruzanos; se apropió de programas sociales del gobierno federal y desvió sus recursos con fines electorales, y desarrolló un manejo discrecional de entrega de dádivas a cambio del apoyo de marginados al PRI.
G5, un voluminoso expediente con más de 20 documentos, cuya circulación es restringida al primer círculo fidelista, es la radiografía del fraude orquestado por el gobernador Fidel Herrera Beltrán para imponer a su delfín, Javier Duarte de Ochoa, en el gobierno de Veracruz. Contiene gráficas; organigramas; presupuestos; una nómina de operadores a lo largo de toda la entidad, que incluye personal de dependencias públicas, y la descripción de estrategias y objetivos para despojar al gobierno federal del control de los programas federales.
En la cúspide del G5, según informes del grupo fidelista, se hallaban dos personajes clave: Moisés Herrera Beltrán, hermano del gobernador de Veracruz, y el secretario de gobierno, Reynaldo Escobar Pérez. Tras ellos, de acuerdo con el organigrama, se hallaba un asesor externo al que se identificaba con las siglas BHF, supuestamente el mandatario veracruzano.
Con un costo de más de cien millones de pesos, el G5 operó a lo largo de dos años en todo Veracruz, mediante una estructura territorial que manejó tres grupos pertencientes al Centro de Operación Territorial (COT); 30 grupos de Operación Distrital (GOD) y 53 grupos de Operación Municipal (GOM).
El objetivo final era obtener un millón 400 mil votos, provenientes del voto de los beneficiarios de los programas sociales federales Oportunidades, 70 y más, Programa Alimentario y del sistema de becas. No obstante, la meta no fue alcanzada y el resultado a favor de Duarte de Ochoa lo mantiene impugnado en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
ASI OPERO EL G5
El 30 de agosto, la columna INFORME ROJO, en el periódico Presencia Sureste, editado en el municipio de Las Choapas, inició una serie de análisis donde describía la mecánica electoral seguida por el régimen fidelista para imponer a Javier Duarte de Ochoa como candidato y finalmente como gobernador de Veracruz.
El texto es el siguiente:
“G5 es el nombre clave del operativo priísta en que se montó la campaña de Javier Duarte de Ochoa para convertirse, vía la mecánica del fraude electoral, en gobernador electo de Veracruz.
“A grandes rasgos, G5 operó el uso del aparato burocrático tanto en el gobierno del estado como en más de cien municipios; recursos públicos, incluso provenientes de programas federales; empleo de información confidencial de dependencias del gobierno calderonista, y obligó a cientos de funcionarios municipales a incurrir en simulaciones jurídicas, a través de acuerdos de cabildo, para desviar ayuda social hacia votantes potenciales.
“Al frente del G5, en calidad de director general, fue incrustado Moisés Herrera Beltrán, hermano del gobernador de Veracruz,
Fidel Herrera Beltrán, principal impulsor de ex candidato del PRI, Javier Duarte, el doctor patito, a través del cual pretende continuar ejerciendo el poder durante un sexenio más.
“G5 es la trama electoral mejor montada en la historia política de Veracruz y su operación y funcionamiento constan en un documento electrónico de 29 cuartillas guardado celosamente por la pandilla fidelista, en cual se revelan nombres, cifras y estrategias para asegurar la imposición de Javier Duarte, así fuera por la vía del fraude electoral.
“Segmentado, el documento —una copia obra en poder de INFORME ROJO— presenta la “Estructura Operativa de G5” y en él se leen cinco rubros: grupo de apoyo para población objetivo; perspectivas 2010; estrategias estructurales; estrategias operativas, y requerimientos.
“Bajo las órdenes de Moisés Herrera Beltrán, se hallaba el secretario de gobierno, Reynaldo Escobar Pérez, y tres personajes más alto nivel.
“Un misterioso personaje, del cual no se revela el nombre, figura como 'asesor externo a partir de enero de 2010'. Según consultas realizadas a funcionarios del gobierno estatal, del PRI de Veracruz y del círculo cercano a la fidelidad, ese asesor fue identificado con la clave BHF.
“G5 tenía como uno de sus principales objetivos manipular los recursos provenientes de importantísimos programas federales, Oportunidades y 70 y Más, y desviarlos hacia la obtención de votos para el PRI en la elección de gobernador en Veracruz.
“Se valió para esa misión de tres enclaves: el Centro de Operación Territorial (COT); el Grupo Operativo Distrital (GOD), y el Grupo de Operación Municipal (GOM). El
primero tuvo ocho figuras operativas y los otros dos, cinco cada una de ellas. En el Centro de Operación Territorial fungía como responsable Felipe Vázquez Hernández.
“G5 dispuso de cientos de operadores en todo el territorio veracruzano, al cual dividieron en tres zonas: norte, centro y sur. Tuvieron dinero a manos llenas —salarios de 15 mil pesos mensuales en promedio para cada operador, vehículos y equipo de cómputo—. En unos cuantos meses consumió cerca de cien millones de pesos.
“G5 y otros documentos, audios, videos, facturas de compra masivas de cemento, fueron la vía para llevar a Javier Duarte de Ochoa al gobierno de Veracruz y perpetuar a Fidel Herrera en el poder por seis años más.
“G5 es apenas la punta del iceberg. Hay podredumbre de sobra”.
REGIDORES CONTROLADOS
DESDE LA SUBSECRETARIA
Un día después —Septiembre 1—, INFORME ROJO reveló nombres de personal adscrito a la Subsecretaría de Gobierno del régimen fidelista, incluso regidores con licencia que operaron apoyos oficiales entre los grupos marginados a los que a cambio los convertían en el voto duro del PRI.
“Una decena de documentos —señaló INFORME ROJO— de manejo reservado en el primer círculo fidelista, da cuenta del personal de gobierno y ayuntamientos que participaron activamente en municipios y distritos de Veracruz para favorecer al PRI y a su candidato Javier Duarte, el delfín del gobernador Fidel Herrera Beltrán.
“En ellos aparece personal de la Subsecretaría de Gobierno, regidores vinculados a esa dependencia, y asesores jurídicos que realizaron operación electoral a lo largo y ancho de la entidad con el disimulo y la complicidad de sus superiores jerárquicos. 40 de ellos figuran en un documento de seis cuartillas, en los que aparece su fotografía, cargo que desempeña, municipio al que fueron asignados, dirección de correo electrónico y teléfonos de casa, empleo y domicilio.
“Jorge Reyes Leo, por ejemplo, operó el voto duartista en el municipio de Boca del Río, donde se desempeña como regidor décimo. Se le identifica como adscrito a la Subsecretaría de Gobierno y en el documento proporciona el correo electrónico [email protected], así como cuatro números telefónicos. Reyes Leo es el más furibundo crítico y acérrimo enemigo del alcalde, Miguel Angel Yunes Márquez.
“Otros 36 personajes figuran en el documento. Se les asignaron tareas electorales para favorecer al PRI, usando programas sociales federales —Oportunidades y 70 y Más, entre otros— y el reparto de despensas y material de construcción. Para maquillar su papel de mapaches, algunos de ellos se ausentaron temporalmente de sus cargos públicos. No obstante, solicitar licencia no los exime de responsabilidad, dado que la operación electoral fue coordinada desde la Subsecretaría de Gobierno de Veracruz.
“Un esquema similar se aplicó en las secretarías de Seguridad Pública, Educación, Desarrollo Social y Medio Ambiente (SEDESMA), Procuraduría, Salud, Contraloría y una estructura a cargo del ex procurador Emeterio López.
“Nada, sin embargo, fue al azar. Las estructuras electorales estuvieron coordinadas operativa y financieramente por el G5, la columna vertebral del fraude duartista, a cargo de Moisés Herrera Beltrán, el hermano del gobernador de Veracruz.
OPORTUNIDADES Y 70 Y MAS
EL 2 de septiembre, describió cómo fueron usados los programas sociales del gobierno federal para comprometer el voto de los beneficiarios a favor el PRI.
“Piratearse programas sociales de origen federal fue una constante de la pandilla fiel, vía el G5, motor operativo y financiero de la campaña priísta, para imponer a Javier Duarte de Ochoa en la gubernatura de Veracruz.
“En el expediente del G5, expediente de circulación reservada en el círculo fidelista, aparece un documento titulado “Participación de los Ayuntamientos en la Operación del Programa Oportunidades en el Estado de Veracruz a través de su Enlace Municipal”, en el cual se describe la orientación de millones de pesos desviados hacia la obtención de votos de más de un millón y medio de beneficiarios.
“En el documento se traza como objetivo la “participación activa y constante del enlace municipal en las entregas de apoyos del Programa Oportunidades, así como en los procesos que marcan las reglas de operación para el ejercicio fiscal 2010”, que junto con otros dos rubros, Programa Alimentario, anteriormente controlado por DICONSA, y 70 y Más, concentran el 70 por ciento de los recursos de la Secretaría de Desarrollo Social.
“G5 determinó apropiarse de esos programas federales mediante la operación política de los priístas incondicionales acreditados como “enlaces municipales”, a través de las reglas establecidas por el Congreso Federal. El objetivo fue identificar a los beneficiarios y convertirlos en voto duro en la elección del domingo 4 de julio.
“Para ello, los enlaces municipales establecieron mesas de atención a comités, integración de padrones, actualización de datos de nuevos beneficiarios y mensajes específicos para votar por el PRI. “En la lámina 8 del documento se establece la función de los enlaces municipales para posicionar institucionalmente a los programas sociales y realizar un 'blindaje electoral'.
“En la lámina 13, el documento fidelista se muestra un mapa del estado de Veracruz con la leyenda 'Posibles Votos de Beneficiarios que representan el 33% del Padrón Electoral Estatal'.
“Identifica un padrón electoral de 5 millones 264 mil 966 personas, correspondientes al año 2009, de los cuales un millón 741 mil 600 beneficiarios del programa Oportunidades. De ellos, el 82 por ciento eran controlados por el PRI; 11 por ciento por el Partido Acción Nacional; 3 por ciento por el Partido de la Revolución Democrática, y el resto por otros partidos políticos.
“La proyección para el año 2010, era incrementar el padrón electoral al 35 por ciento de la población total de Veracruz. De ellos, el PRI tendría el control sobre un millón 524 mil 168 beneficiarios del beneficiarios de los programas sociales federales.
“No obstante, pese a apropiarse de los recursos federales, lo cual constituye un grave delito electoral, el objetivo fidelista fracasó. Javier Duarte no superó el millón 300 mil votos; su contrincante, el panista Miguel Angel Yunes Linares, sostiene haber ganado la elección con una diferencia de 54 mil sufragios y su impugnación se ventila en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación cuyo fallo pudiera anular la elección y motivar comicios extraordinarios”.
LA ESTRUCTURA FINANCIERA
Una semana después —septiembre 9— INFORME ROJO dio pormenores de los recursos financieros usados por la estructura G5 para operar electoralmente, apropiándose de programas sociales federales, incrustando agentes fidelistas como “enlaces municipales” para controlar los comités ciudadanos que recibirían esos beneficios. Más de cien millones de pesos en dos años de operación política permitieron al clan fidelista conformar su voto duro.
“Para realizar sus labores de mapache electoral, el doctor Duarte dispuso de un presupuesto de 9 millones 437 mil 625 pesos, tan sólo en su área de trabajo y por un período de siete meses. Desglosado, ese presupuesto se aplicó así: nómina, 3 millones 255 mil pesos; gastos de administración, un millón 147 mil 125 pesos; gastos de operación, 2 millones 898 mil pesos, y equipo de operación, 2 millones 106 mil pesos.
“A esas cifras se agregarían los 24 millones 291 mil 225 pesos de presupuesto con que operó otra de las estructuras del G5, el Grupo Operativo Municipal, también durante siete meses. Presumiblemente, los gastos fueron pagados con recursos públicos o de procedencia ilícita.
“Sin embargo, de acuerdo con el expediente G5, de uso restringido en el círculo fidelista, las estructuras tuvieron un carácter formal a lo largo de medio año, aunque en los hechos fueron echadas a andar desde hace dos años, con un costo superior a los cien millones de pesos con un objetivo claro y preciso: asegurar que los beneficiarios de los programas sociales federales, agradecidos con las prebendas obtenidas, se mantuvieran como el voto duro del PRI.
“Otra instancia del G5, el Centro Operativo Territorial, estaba conformado por ocho personas. El responsable del COT fue Felipe Vázquez Hernández. Sus cuatro operadores de territorio eran José de Jesús Contreras Palomino, Eduardo Hernández Ramos, Juan Manuel Cortés Cruz y María Guadalupe Cruz Azuara.
“Fidel y Moisés Herrera, así como el candidato gordobés, Javier Duarte del Ochoa, no dejaban nada suelto. Crearon un equipo de trabajo de 986 personas a las que insertaron en la estructura denominada 'masivo de incorporación'. Ese grupo levantó encuestas socioeconómicas hasta el 31 de marzo pasado, fecha en que venció su contrato. A partir de entonces se convirtieron en 'operadores políticos'.
“En el documento citado, uno entre más de 20 que conforman el expediente G5, se explica el papel que tendrían esos 986 operadores: 'debido a la actividad que desarrollaron conocen la ubicación e integrantes de cada familia a incorporar para su actividad política'.
“A detalle, el expediente G5 explica la gran maniobra para operar el fraude fiel y entronizar a Javier Duarte en la gubernatura de Veracruz.
Últimos comentarios