LEOPOLDO GAVITO NANSON - MARTES, NOVIEMBRE 09, 2010
http://www.jornadaveracruz.com.mx/Noticia.aspx?ID=101109_140737_979&seccion=7
Guerra contra el crimen: 1.2 por ciento del PIB. Presupuesto educativo: menos de uno por ciento
Un enfrentamiento que se prolongó por varias horas. Auténtica batalla campal donde se hizo explotar más de 300 granadas de fragmentación en plena zona urbana de Matamoros y en la que, según los reportes de la Marina, fueron convocados cientos de pistoleros en auxilio de Antonio Cárdenas Guillén. Casi un centenar de camionetas con hombres armados se habrían dirigido de Reynosa hacia Matamoros en su auxilio, aunque al enterarse de su muerte optaron por dispersarse.
La acción le valió al gobierno de Felipe Calderón una felicitación por parte del gobierno estadounidense. Sería un error supino entender tal felicitación y pésame por las cinco bajas federales habidas como un aval total del gobierno de Obama a la política mexicana en el tema. Antes pareciera una mera tregua amable a la presión que en diversas dimensiones se ejerce sobre bases diarias. Si alguna duda pudiera haber, después de casi 30 mil muertos y cuatro años de violencia a escalas industriales de que el camino neciamente sostenido por el gobierno es del todo errado, es que el cruento operativo de captura tomó seis meses de preparación, varios intentos previos frustrados por fugas de información y ha servido punto menos que para nada. El propio Alejandro Poiré, entrevistado ayer por Carlos Loret de Mola, dijo que la muerte generará inestabilidad en el interior de las organizaciones criminales de manera muy inmediata. Brillante observación. Claro que la provocará de manera muy inmediata y hasta ahí, porque la capacidad de reorganización de la criminalidad es expedita.
Poiré, vocero de seguridad nacional, dijo que “estas organizaciones en parte son poderosas porque existen liderazgos peligrosos, dañinos como este que se capturó y cayó este fin de semana”. Para efectos prácticos eso significa más violencia asociada a la lucha sucesoria dentro del crimen organizado, pero nada más. A rey muerto rey puesto, y business as usual. Por eso parece incluso irónica la petición de paciencia que el secretario Blake Mora dirige a los gobernados porque, desde el punto de vista gubernamental, habrá “mejores niveles de tranquilidad” sólo a mediano plazo y solo si se refuerza una línea transversal (cualquier cosa que eso quiera decir) de prevención y combate desde las fuerzas armadas con “una gran participación ciudadana”. Patético. Se le tiene paciencia a un niño cuando aprende a controlar los esfínteres, a un anciano obsesionado por algún recuerdo o un alumno repelente al aprendizaje de los números irracionales; no a un gobierno de facto empecinado fanática, dogmáticamente, en un curso de acción cuyos resultados son pírricos y inmensamente costosos para el país, no sólo en el momento sino a mediano y largo plazos. No a un gobierno al que la sociedad se lo ha dicho en todos los tonos posibles y el cual desoye olímpicamente toda observación que lo contradiga en su estupidez.
Las advertencias han sido muchas y desde múltiples sectores de la sociedad. En el mismo happening de los Diálogos por la Seguridad surgieron varias frente a las cuales el Presidente o se enojaba o se burlaba. El gobierno gasta en su guerra 154 mil millones de pesos, 1.2 por ciento del producto interno bruto. Lo que gasta en educación no llega a uno por ciento.
La voz del rector José Narro Robles se ha levantado varias veces como voz de la razón consciente y socialmente responsable. Lo dijo a principios de agosto cuando propuso una gran reforma a la educación para lograr no sólo mayor cobertura, sino el uso pertinente de los recursos y en una mejor calidad en la enseñanza que se imparte. Antes, en junio, había instado a las universidades a no descuidar la enseñanza de las humanidades. Luego, hacia finales de agosto el rector volvió a corregir la plana de las cifras gubernamentales cuando insistió que eran siete millones los jóvenes que ni estudian ni trabajan en el país, cuando la SEP y gobernación sostenían que eran 285 mil e inauguraban la categoría sociológica ninis. El rector Narro lo hizo además con base en las propias cifras oficiales. En esa misma fecha el rector inauguraba el coloquio Valores para la sociedad contemporánea. ¿En qué pueden creer los que no creen?, donde puntual señaló que la modernidad, con toda su racionalidad, no logra traducirse en mejores condiciones para los excluidos de siempre. Sereno, en esa ocasión le recordaba a los gobernantes que valores cívicos y laicos como libertad, igualdad, justicia, solidaridad, tolerancia, diálogo, generosidad y compromiso son y deben seguir siendo la base de la ciudadanía. En septiembre el doctor Narro fue a la Cámara de Diputados a decir a los hacedores de políticas públicas que las fuerzas políticas deberían poder establecer un acuerdo que signifique la creación de una política de estado que duplique la cobertura de la educación superior en la próxima década e incluya cumplir el compromiso de asignar uno por ciento del producto interno bruto a la investigación científica y el desarrollo tecnológico. Eran fechas en que se celebraba el centenario de la UNAM.
A principios de octubre la SEP organizó una ceremonia para dar homenaje a la UNAM. Ahí el rector volvió a alentar a este gobierno a pensar en grande y destinar más presupuesto a la educación porque lo que se destina actualmente es insuficiente para enfrentar, ya no resolver, los rezagos históricos que arrastramos como nación. “Estamos frente a la posibilidad de creer, pensar y crear grandes cosas para el país”, fueron sus palabras.
Lujambio quiso justificar con el argumento que el gobierno del que es secretario de Educación ha enfrentado problemas estructurales ligados a la cobertura, especialmente en educación media superior y superior, y que en ambos “se trata de problemas acumulados durante muchos años”. La verdad es que la Secretaría a su cargo es coto de la lideresa del sindicato de maestros y que el gobierno hace nada en absoluto por resolver los rezagos a los que alude.
Así, ayer, miembros del cártel del Golfo bloquearon carreteras de Tamaulipas en represalia por la muerte de Cárdenas Guillén. El gobierno municipal de Reynosa pidió a los ciudadanos a través de Twitter evitar pasar por algunas zonas. “Reynosa situación de riesgo en las colonias Soriana, Ribereña y Rodríguez. Inaccesibles. Evite circular por el área y manéjese con precaución”. En Matamoros, ayer, 15 escuelas cerraron sus puertas por amenaza de bomba.
Mientras que ayer rectores de diversas universidades públicas contestaron un estudio encargado por la SEP sobre la situación de las jubilaciones. Son varias las universidades públicas del país que están al límite de su capacidad financiera debido a una miscelánea de problemas que van desde el pasivo de jubilaciones, el reconocimiento de profesores en activo y un rezago demasiado grande en oportunidades educativas para los jóvenes.
Los problemas derivan de tipo de decisiones instrumentadas los gobiernos de los últimos 30 años en los que la última década de panismo ha sido devastadora en el agravamiento de la crisis educativa y de las universidades públicas. Los rectores de Guadalajara, Guerrero, Oaxaca, Ciudad Juárez, Morelos y Zacatecas, así como investigadores, advierten que los problemas diferenciados entre las instituciones, focalizados en otros pueden convertirlos en un “coctel de distintos componentes que sería explosivo, porque a las autoridades piden seguridad y reciben incomprensión”. Las universidades piden recursos y el gobierno federal les ofrece “parches”. Los rectores coinciden en que urge replantear la relación con el Estado. El bono poblacional del país, los millones de jóvenes, punto menos que abortado por un gobierno que a su incompetencia le llama ninis mientras ofrece que aún habrá más matanzas y masacres porque es incapaz de la menor empatía para con los que gobierna.
Lo que empezó como un recurso para legitimar un gobierno debilitado hasta la parálisis al tomar posesión se ha convertido en motivo de juicio penal al ser un gobierno genocida por omisión, en el mejor de los casos.
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